Desamparos
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A mí la poesía nunca me ha salvado de nada.
No me paró los golpes del viento helado
ni el dolor en el pecho
ni la incomprensión de los que viven al l...
Huele a invierno en abril
porque la lluvia trae
hielo en su corazón
y moja todo con nombres de otros días,
con gotas de ansiedad.
Vivo en diciembre en un país de sol
y me derrito cuando escucho la luz tan cegadora
escurrirse por las cañerías de las semanas,
devoradora de este tiempo
que nos prestaron para vivir.
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